BAGNO VIGNONI
Bagno Vignoni es un pueblo pequeño y encantador en el ayuntamiento de San Quirico d'Orcia reunido alrededor de la piscina grande, que era el antiguo balneario. Esta singularidad urbana pone en vez de una plaza, una extensiòn de agua en el centro delpueblo, por lo que es verdaderamente único. Entorno a este elemento se desarrolla el centro del pueblo, que reproduce algunos aspectos de sus baños termales romanos. Junto a las casas y posadas se construyeron en un momento posterior, la iglesia de San Juan Bautista, donde se puede ver el fragmento restaurado del fresco que representa a Cristo resucitado atribuido a Ventura Salimbeni, originalmente situado en la capilla de Santa Catalina. Desde la piscina cruzando el puente, el agua llegaba a las termas y luego se alimentaban a un número de molinos ubicados en el borde escarpado pendiente hacia el río.
Baño Vignoni nace como un balneario en la Edad Media, aunque las aguas termales fueron explotadas en época romana, como se confirma por el hallazgo de una inscripción en latín. El nombre deriva del castillo de Vignoni erigido sobre una colina cercana en el siglo XI. En el siglo XII, el "Baño" era propiedad de la familia Tignosi, señores de Tintinnaro, ahora Rocca d'Orcia, bajo cuyo gobierno se mantuvo hasta el final del '200. A principios de '300 pasó a manos de la familia Salimbeni de Siena, junto con los castillos y las aldeas cercanas, donde permaneció hasta 1417 cuando el segundo marido de Antonia Salimbeni, Attendolo Sforza, lo vendió a la ciudad de Siena. Las crónicas de la época dicen que Catalina de Siena se quedó en Bagno Vignoni varias veces, traída por la madre que quería desviar la atención del propósito de convertirse en monja. Pero hay muchos personajes famosos que con su presencia dan testimonio de la riqueza del balneario, como el Papa Pío II Piccolomini y Lorenzo el Magnífico, quien pasó un período en el 1490. En '500 el doctor Lattanzio Tolomei de Siena dictó una inscripción votiva dedicada a las ninfas con versos en griego grabados en una lápida aún visible en uno de los pilares de la galería de Santa Catalina.
Las aguas hipertermales de Bagno Vignoni, son del tipo bicarbonato-sulfato-alcalino-térreas. Fluyen a una temperatura de 51/52 ° C y se utilizan principalmente para baños y lodos, tales como adyuvantes en las manifestaciones artroreumáticas y neurálgicas, así como para inhalaciones e irrigaciones. Para los amantes de la naturaleza, bajando por el camino que lleva a Bagno Vignoni, a la derecha hay un "caminito"que baja por la colina hacia el río Orcia hasta llegar a una piscina rectangular en la que se almacena el agua termal , donde podrá detenerse con seguridad. No hay servicios y el espacio no es adecuado para grandes masas, pero la piscina es grande y limpia y la afluencia de turistas no es muy molesta, porque el área es un poco difícil de alcanzar y el que viene aquí no llega por casualidad.  |
BAGNI SAN FILIPPO
Bagni San Filippo es un pequeño pueblo balneario de Castiglione d'Orcia, en los verdes bosques del Monte Amiata, en una zona de gran belleza natural famoso por sus muchos árboles monumentales. El paisaje se caracteriza por depósitos de piedra caliza formados por las aguas que brotan de las rocas que crean abundantes concreciones a lo largo del torrente ” Rondinaia ”, llamada "Foso Blanco". La más impresionante para nosotros aparece como una cascada de sólidos y se conoce como la "Ballena Blanca". Un paisaje que podría recordar el purgatorio imaginario medieval, pero que le agradaba al San Felipe Benizzi, que dio nombre al lugar y que, según la leyenda, se refugió aquí para escapar de la designación como Papa en el cónclave que quería presentarlo . La Santa Cueva todavía existe y se puede visitar: contiene un busto de yeso del siglo XVIII de Felipe y un crucifijo de madera dentro de un tabernàculo que la tradición popular dice que es obra del mismo ermita.
En la antigüedad las aguas termales del pueblo ya eran conocidas por los romanos, como lo demuestran algunos hallazgos arqueológicos. Que fueron visitados en 1485 por Lorenzo el Magnífico en 1635 por el Gran Duque Fernando II, en un intento de librarse de un persistente " dolor de cabeza". Los baños, reformados en 1566 por Cosimo I de Medici, alcanzaron la fama y prestigio en todo el mundo gracias a la labor de la cita de Maquiavelo "Mandragola". A finales del siglo XVIII Giorgio Santi realizó un primer análisis de la química del agua yen el S. XIX Antonio Targioni Tozzetti las estudió cuidadosamente, mientras que Giuseppe Giuli después de elaborar una descripción química evaluó las propiedades terapéuticas.
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